Compartiendo lo aprendido. Desechando los prejuicios sobre adopción y acogimiento’ de María Martín Titos y Mercedes Moya Herrero, es el cuarto de los títulos donde ambas autoras continúan su labor de concienciación y sensibilización sobre las muchas diversidades que nos rodean, adopción y acogimiento.
En este libro publicado en colaboración con la Asociación Adopción punto de Encuentro, se abordan las complejas relaciones entre adopción y escuela. En él María Martín Titos y Mercedes Moya Herrero,, fundadoras de la Asociación Adopción punto de Encuentro, afrontan las dificultades con las que se tropiezan día a día los niños y niñas adoptados y acogidos y nos trasmiten, a través de muchas experiencias, la necesidad de interlocución y cooperación entre padres y docentes. Invitan al lector, a conocer a fondo los problemas de esos alumnos/as para que mediante la comprensión profunda de las dificultades que pueden presentar, puedan cambiar el paradigma que existe sobre estos niños y niñas y desechar los prejuicios que por desconocimiento hacen que muchas veces sean tratados injustamente y etiquetados como problemáticos convirtiendo la escuela en un lugar hostil para todos, niños, niñas, docentes, padres y madres.
En “Compartiendo lo aprendido” , María Martín Titos y Mercedes Moya Herrero, revelan “un esfuerzo titánico por entender a cada cual en su singularidad, porque es un texto que ofrece al lector una cascada de experiencias que deben ser consideradas punto de partida para el diálogo y la compresión. La infinidad de experiencias descritas, en relación con las dificultades que atraviesan los menores procedentes de sistemas de protección a la infancia, son siempre una invitación a compartir y a seguir hablando”, leemos en el prólogo del libro, escrito por el psicólogo y especialista en adopción y protección de menores Juan Alonso Casalilla Galán.
‘Compartiendo lo aprendido. Desechando los prejuicios sobre adopción y acogimiento’ versa sobre historias vividas. Sobre la necesidad de interlocución entre progenitores y docentes, para llegar al propio niño o niña. Enfatizando así, la necesidad de no quedarse ni conformarse con lo ya sabido y emprender un esfuerzo de conocimiento y empatía con personas diversas, que tienen su propia historia y bagaje vital.